Lo disfuncional se entiende como, un desarreglo en el funcionamiento de algo o en la función que le corresponde. Por lo tanto, cuando hablamos de una familia disfuncional y de sus sinónimos, estamos señalando aquellas actitudes que no deberían darse a cabo dentro de un entorno familiar.
Una familia disfuncional es toda familia que no es capaz de proveer lo necesario para que los hijos crezcan sanos (tanto física como emocionalmente) y felices.
Disfuncional significa que hay un desarreglo en el funcionamiento o en la función que le corresponde. Cuando este calificativo se aplica a familia, habla precisamente de lo mismo: una familia que no cumple con las funciones que les corresponden, una familia disfuncional.
2. ¿Cuáles son los síntomas?
3. Consecuencias
Existen algunos efectos inmediatos de vivir en una familia disfuncional. Muchas de las consecuencias de estos entornos acaban teniendo estragos en la personalidad y en la vida adulta de los hijos que han vivido en este ambiente.
Una familia desestructurada tiene consecuencias en las relaciones dentro y fuera del entorno familiar. Tanto es así que tanto en la infancia como en su vida adulta la persona puede sufrir a causa de sus carencias emocionales un aislamiento social producido por los traumas o las afecciones en la personalidad.
En muchos casos convivir en un entorno lleno de actitudes tóxicas puede llevar a desarrollar un trastorno del comportamiento. Esto es debido al constante estrés y negatividad que se puede vivir dentro de una familia desestructurada o disfuncional.
Las familias desestructuradas pueden tener una actitud muy crítica hacia sus hijos. Esto provoca que los niños acaben desarrollando un diálogo interno muy crítico hacia sí mismos.
Vivir en una familia disfuncional es sinónimo de acabar padeciendo una baja autoestima a causa de las críticas, el exceso de control, o los problemas relacionados con este entorno.
En las familias desestructuradas, el exceso de estrés y la negatividad pueden conllevar ciertos estragos en la salud mental de cada uno de sus miembros. Es por ello, que es muy probable que acabe derivando en ansiedad y depresión.
En muchos casos, estar en una familia desestructurada tiene consecuencias en las formas en las que te relacionas con los demás. Al no haber fomentado una actitud buena hacia la comunicación, muchas personas acaban teniendo problemas en expresar sus pensamientos y sentimientos.
4. ¿Cuál es la clave para ser una familia funcional?
Esto es, ni deben pretender ser “colegas” de sus hijos, ni tampoco dictadores rígidos, sino orientadores y modelos de conducta.
Hay que saber qué miedos o temores son normales para cada edad, y darles la oportunidad y el tiempo necesario para que los afronten por sí solos.
Las relaciones entre los miembros de la familia deben basarse en el respeto, la igualdad de trato, la tolerancia, y un estilo comunicativo abierto y asertivo, donde puedan expresarse los sentimientos y opiniones tanto positivos como negativos de forma adecuada y respetando a los demás.
Es muy importante que las pautas educativas que proporcionen los padres sean congruentes entre ambos, evitando el estilo “poli bueno, poli malo”, en el que uno de los padres es el permisivo y divertido, y el otro el que castiga y hace cumplir las obligaciones (ya que, de esta manera, los niños asocian a un padre con la diversión y al otro con la obligación, desarrollando sentimientos en consonancia al papel de cada uno, los cuales son evidentemente favorables para el que desarrolla el papel de divertido).
A pesar de que la paternidad pasa a ocupar la práctica totalidad del tiempo libre de los cónyuges, es imprescindible no descuidar la relación de pareja. Disponer de un momento al día para disfrutar a solas, actividades agradables en pareja (al menos una vez al mes) y, en definitiva, todas las cosas que suelen recomendarse para mantener una relación sana y positiva (administración de reforzadores, comunicación fluida y asertiva, respeto mutuo,…).
Si bien es cierto que una familia funcional es aquella que permanece unida (sobre todo en momentos difíciles), también lo es que cada persona necesita un tiempo y un espacio para estar a solas consigo misma.
5. Tratamiento
Nuestro enfoque terapéutico, combina diversas técnicas de terapias, sesiones individuales y grupales, en un entorno tranquilo y agradable conducente a la recuperación. Atendemos los aspectos mentales, físicos y espirituales que ayudan a cada individuo a alcanzar el bienestar y el equilibrio emocional.
Ofrecemos un proceso de admisión integral que incluye una evaluación primaria de la condición y las necesidades del paciente. También nos aseguramos a lo largo del proceso que todas las medidas se consideren y se tengan en cuenta para ofrecer el más alto nivel de servicio, así como el mayor grado de amabilidad y comprensión para todos y cada uno de los pacientes y los miembros de la familia.