Debido a la naturaleza de la enfermedad, yo duré muchos años en adicción activa, la cual me tenía secuestrado, me había hecho perder desde mi familia hasta mi dignidad, amenazándome con quitarme la vida física, ya que la espiritual y la existencial las había perdido hacía tiempo.

 

Estaba derrotado completamente y sabía que me quedaba poco tiempo de vida, derrotado física y moralmente… (Pesaba 115 lbs., me quedaban pocos dientes, mis huesos eran de cristal, la piel se me caía a pedazos). En ese momento de desconsuelo y desesperación, hace ya algo más de cinco años, Dios puso en mi camino a Hugo y a Luz. Ellos plantaron en mí la semilla de la recuperación, una nueva vida. Me mostraron los patrones autodestructivos que estaban profundamente arraigados en mí, me guiaron a través de un camino desconocido. Cuando otros no creían en mí, ellos creyeron. Donde yo no veía una salida, ellos me abrieron una puerta. Cuando las fuerzas de la vida me abandonaron, ellos me dieron un soplo de vida y una esperanza y hoy puedo decir, a boca llena y a pleno pulmón, que gracias a Dios y a todo el amor y empeño que ellos pusieron en mi proceso, soy un hombre nuevo, digno y sobrio. Solo puedo darle las gracias a estos dos profesionales y extraordinarios seres humanos por su dedicación y amor responsable hacia todos y cada una de las personas que acompañan día a día.

Jose Antonio

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